Sutra Pali | Godinne, julio de 2013
Digha-nikaya : Sangiti-sutta et Dasuttara-sutta
Taller dirigido por Emanuela Dōsan Losi
Es la misma temática que propuse el año pasado en Maredsous ya que, tras cinco días de preparación, no lo había acabado por lo amplio del tema.
En efecto, el tema es tan vasto que, ¡tendríamos que dividirlo en cinco o diez partes!
Se trata de los últimos dos capítulos del tercer tomo del Dīgha Nikāya, compendio de treinta y cuatro largos suttas: el Sangiti-sutta (cap. 33, pp. 901 a 972) y el Dasuttara-sutta (cap. 34, pp. 973 a 1022).
Texto utilizado: la versión en francés de Môhan Wijayaratna, Éditions Lis, París, 2008.
Ambos sutras, expuestos por Sariputta, son índices numéricos de la enseñanza de Buda (como los Tres Venenos, las Cuatro Nobles Verdades, las Seis Paramitas).
Sangiti-sutta
Tras haber impartido un sermón, Buda ve que a los monjes siempre les entusiasma escuchar y pide, entonces, a Sariputta que diga algo útil para los monjes. Justo en ese momento acababa de morir un maestro espiritual.
«En la sangha de Nigantha Nathaputta han surgido altercados y rencillas a consecuencia de que la doctrina y la disciplina habían sido expuestas de un modo incorrecto, habían sido registradas de un modo incorrecto, habían sido impartidas por un maestro que no era un Despierto perfecto».
A continuación de este evento, Sariputta dijo a los monjes:
«La Doctrina de Buda ha sido bien explicada, bien comunicada; apunta al fin sublime y ha sido impartida por un maestro que es un Despierto perfecto. Debemos recitarla [en sánscrito, “recitación”] todos juntos, sin pelearnos. A fin de que la conducta sublime sea duradera, de que perdure largamente, debe recitarse para felicidad y bienestar de la gente, con compasión hacia el mundo».
Así es que Sariputta explica desde el principio por qué los puntos doctrinales deben conservarse correctamente en la memoria y empieza este “índice doctrinal” por los puntos presentados en una sola unidad, luego en dos, tres, hasta diez unidades.
Al inicio de cada unidad, se repite la motivación de ese aprendizaje.
Unidad 1: Todos los seres vivos dependen de las condiciones (reaprovisionamiento).
Unidad 3 (siete páginas): Tres raíces de los actos ineficaces, tres raíces de los actos eficaces, tres malas conductas, tres buenas conductas, tres tiempos, tres sensaciones, tres clases de dukkha, tres habilidades.
Unidad 4 (doce páginas): Cuatro bases de la atención, cuatro jhanas, cuatro clases de desarrollo mental de la concentración, cuatro alimentos, cuatro lugares en que se sitúa la conciencia, cuatro orígenes de la sed, cuatro inundaciones, cuatro elementos para ser cordial, cuatro nobles comunicaciones.
Así hasta la Unidad 10.
Algunos puntos están bien explicados. Claramente, otros no están más que enumerados.
Dasuttara-sutta
Saripputta habla de su propia iniciativa y dice:
«Para alcanzar el nibbana,
Para terminar con dukkha,
A fin de deshacer todos los nudos,
Os hablo de la Doctrina
Que asciende hasta los diez factores».
Aquí, los puntos doctrinales son presentados según su aplicabilidad y utilidad para la persona que está en la vía del progreso interior, y son en respuesta a diez preguntas, lo que es propio del estilo de Sariputta:
- ¿Cuál es la única cosa que ayuda mucho?
- ¿Cuál es la única cosa que debe desarrollarse?
- ¿Cuál es la única cosa que debe comprenderse bien?
- ¿Cuál es la única cosa que debe abandonarse?
- ¿Cuál es la única cosa que queda de lado de la caducidad?
- ¿Cuál es la única cosa que queda del lado de los resultados específicos?
- ¿Cuál es la única cosa que conocer pero que es difícil?
- ¿Cuál es la única cosa que hacer surgir?
- ¿Cuál es la única cosa que comprender mediante una sabiduría específica?
- ¿Cuál es la única cosa que alcanzar por la experiencia vivida?
Esto sigue así hasta las diez cosas que ayudan mucho, las diez que deben ser desarrolladas, etc. Habida cuenta de la amplitud del tema (toda la enseñanza de Buda), abordé el taller sobre todo en relación con la motivación, con la importancia de conservar siempre en mente los puntos doctrinales que pueden ayudarnos concretamente en nuestra práctica y, en especial, en nuestra vida cotidiana. Apoyarse siempre en el Dharma, estableciendo siempre el vínculo con nuestra práctica de zazen, para enfrentar los diferentes momentos de nuestra vida, detener los conflictos, evitar que se reproduzcan, ser compasivos respecto de cada ser sensible.
En el taller del año pasado, había comenzado por la primera unidad y llegué a la quinta, sobre los dos sutras.
Hemos desarrollado más los puntos doctrinales que más interesaban a los participantes. Este año, en vista de que los participantes (principiantes y practicantes antiguos) eran todos nuevos, volví a empezar pero mostré más el conjunto de todos los temas, intentando llegar a la décima unidad. De todos modos, en cinco días de formación, durante una hora y media, no puede verse más que una fracción parcial.
Al haber elegido este tema, ya desde la primera vez, aun habiéndolo encontrado muy interesante, abrigaba ciertas dudas sobre la manera de hacerlo interesante y animado para otras personas.
Mi objetivo era aclarar ciertos puntos doctrinales fundamentales sobre los que me preguntaba pero, sobre todo, mostrar el carácter vivo de los textos palis, en particular cómo, a través de palabras muy significativas, siempre somos empujados a dar un paso más en la profundización de nuestra comprensión y de nuestra práctica. Estos textos nos abren bien los ojos y el corazón, nos cuestionan. A menudo invité a los participantes a preguntarse y responder por sí mismos, o bien a conservar en mente la pregunta.
Los participantes estaban entusiasmados y, aun cuando la lengua pali no nos es familiar, se sintieron más cercanos a esa lengua, y algunos fueron enseguida a comprar libros de la antigua enseñanza de Buda a la boutique del campo.
También yo quedo siempre entusiasmada con estos dos capítulos del Dīgha Nikāya para mi propia práctica y, en tanto que enseñante, como punto de apoyo para hablar del Dharma y del zazen de una manera concreta e interactiva con nuestra vida cotidiana.